27 de agosto de 2013

Sacame de este pozo

Esta oscuro, se ha hecho de noche, las farolas no alumbran, las calles están desiertas y tu miras todo sentada en la acera, piensas, piensas como has llegado hasta aquí, como todo se ha vuelto tan oscuro de repente, respiras hondo, e intentas tranquilizar la respiración que amenaza con ahogarte. Notas como si estuvieras en un pozo, como si hubieras caído dentro de él y es tan profundo que nadie puede oírte, gritas, gritas en vano, estás sola, nadie va a salvarte de este pozo de oscuridad. La primera lagrima cae y a esta le siguen las demás, tu cara se convierte en un río de agua salada y tu corazón se encoje con cada gemido, no puedes soportar más la oscuridad. Te dejas llevar, te dejas desvanecer en esa oscuridad que te ha envuelto, cedes a la ella y cierras los ojos, relajándote por fin en esa angustia.
Cuando te has rendido una mano te acaricia el hombro y alguien te levanta, te envuelve en sus brazos, tu cuerpo entumecido por la oscuridad empieza a cobrar vida y parece que empieza a amanecer. Ya no estás en el pozo, la luz está empezando a bañarlo todo y el cielo tiene un precioso azul apagado. Entonces lo miras, tu héroe, siempre aparece en el peor momento y te salva, te sonríe con calidez y te besa en la frente prometiéndote que nunca más dejara que vuelvas a caer en esa oscuridad absoluta que te absorbe por completo. La vida cobra sentido, vuelve a ser de día para ti, el amanecer te ilumina. Todos tenemos un lado oscuro.

Mañana será otro día. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario